Sonata de Poemas

Cierto día me mire al espejo para observar de hito en hito
 como era mi reflejo.

Advertí que mi rostro era blandito, aterciopelado y núbil,
Esto significaba que la juventud febril aun afloraba
 en todo mi ser.

Aunque advertí que en mi cabello se encontraba
 una leve cana.
quizás mi primer pecado original de madurez temprana.
pero siendo este comienzo un atardecer bello
 en este día otoñal.

COSTA 

Abrí los ojos de par en par 
a la luz del atardecer.
me percate sorprendida
que aun me hallaba en la playa.
pude apreciar el desvanecer
de aquella ardentia
que se alzaba
 sobre el lado profundo del mar.


Escuche el canto armonioso y con parsimonia
 que emitían las garzas y pelícanos,
evocándome su coro animal
 a un jardín colgante de Babilonia.

Quizás con el correr de los años
 el canto me acompañara
hasta el fin de mis días.

Siento el palpitar de mi corazón,
que hace ritmo
con el dulce crepitar
 de las olas turbulentas.

No me molesto en observar la hora,
pues aprecio el lugar como intemporal.
con esa brisa canora.

Así pues, sigo contemplando el panorama;
olvidando por un momento
 que soy un ser humano;
el cual ama,vive, sonríe.
y que por tanto no abarca
 ningún pensamiento
 en ese tiempo patriarca.


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